TARJETAS DE NAVIDAD MUY ESPECIALES

Estamos ya en diciembre y en unos cuantos días más, ante la cercanía de la Navidad, nos vamos a sentar al escritorio o a la mesa del comedor a preparar nuestras tarjetas para esta ocasión especial.  Pronto, como de costumbre, la familia, los amigos y otros conocidos se alegrarán mucho al recibir nuestras tarjetas con saludos llenos de cariño y afecto.

Pero ¿y qué recibirán nuestros enemigos?  ¿Esas pobres almas exiliadas de comprensión y ternura no van a recibir nada?  ¿No cree que algo se merecen?  Entiendo, pero lo que usted está pensando no se puede publicar aquí, por eso he preparado algunos ejemplos de mis tarjetas para ellos, que usted puede copiar con toda libertad si tiene enemigos similares a los míos.  No sea malvado (como ellos) y envíeles una tarjetita que diga:

En la portada.- Querido arrendador: Que la luz y el calor de la Navidad se alberguen en tu corazón…

En el interior.- …para que cuando te lo arranque me pueda alumbrar y calentar con algo ya que en tu tétrico edificio nunca hay luz ni calefacción.

En la portada.- Recordada ex: Conforme se acerca el día de Navidad y comienza a envolvernos un manto de alegría y paz, pienso en ti, te recuerdo y me pregunto…

En el interior.- …hablando de mantos, ¿tenías que llevarte las cobijas y hasta las sábanas el día que me dejaste?

En la portada.- Queridísima suegra: Los reyes magos siguieron una estrella con enorme fe y llegaron hasta el pesebre en Belén…

En el interior.- …A ver si en la víspera de Navidad usted también nos hace un favor, sigue una estrella cualquiera y llega hasta algún lugar recóndito y lejano en Israel.

En la portada.- Estimado jefe: Que el año venidero le permita abrir de par en par las puertas de su corazón…

En el interior.- …y también la puerta de su oficina porque llevo todo el año tratando de entrar para hablarle del sueldo miserable que me da y la necesidad apremiante de un aumento.

En la portada.- Amadísimos vecinos: ¡Dejad que repiquen las campanas y los ángeles anuncien la segunda venida de nuestro Redentor!

En el interior.- ¡¡¡Así que por lo menos esa noche no me pongan su “Perreo” a un volumen ensordecedor, que así de sordos no vamos a poder escuchar ningún anuncio celestial!!!

En la portada.- Respetada y admirada señora juez: Que el Señor derrame una gran bendición sobre usted…

En el interior.- …o que me otorgue a mí la gran bendición de que a usted le de un derrame, de manera que, finalmente, pongan una juez menos bruta a cargo de mi demanda.

Y no es necesario personalizar la tarjeta porque, como en el caso de la juez, no voy a divulgar nombres ya que yo a la señora Winslow todavía le tengo cierto respeto.