Las preguntas que mi hijo me hace han cambiado mucho con el transcurso de los años.  Cuando tenía solo 3 años, la pregunta más difícil que tenía que contestarle era: “Papá, ¿a qué hora vamos a ir a jugar al parque?”  Ahora, a solo días de haber cumplido 13 años, me interroga sobre conceptos muchísimo más profundos y filosóficos. Por ejemplo, ayer me preguntó: “Papá, ¿cómo sabes que estás progresando en la vida?” 

            “Es muy sencillo, hijo”, le contesté fingiendo ser inmutable a tan desafíante cuestionamiento, pero rezando por dentro para que algún santo me ayude a darle una respuesta sorprendente, como siempre hago y como él siempre espera que haga cuando tiene algo apremiante que resolver.

            “El progreso en esta vida siempre lo he medido de acuerdo a la forma en que tengo que ir al baño en el trabajo”.

            “Verás, mi pequeño saltamonte, cuando llegué a este país, tuve que empezar de cero, desde abajo, y no lo digo figurativamente, sino que en realidad comencé de abajo, en el primer piso de una fábrica de metales en la que trabajaba de 7:30 a.m. a 2:30 p.m., toda la semana, limpiando unas placas inmensas de cobre; placa tras placa, hora tras hora, día tras día, en una monotonía tan deprimente como el gris de las paredes de esa fábrica.  Pero lo fundamentalmente aleccionador de ese trabajo es que, para ir al baño, tenía que ir a ver al supervisor y pedirle permiso para ausentarme un minuto a fin de miccionar en menos de sesenta segundos porque lo del minuto no era un decir.  Cuando para ir al baño necesitas la aprobación de alguien, estás abajo en la escalera del progreso, hijo mío”.

            “Después de años y con mucho esfuerzo, logré un empleo en una escuela, donde trabajaba bajo el escrutinio de un maestro y bajo el mando de una directora.  Pero el trabajo ya no era monónoto y, lo más importante, cuando la vejiga avisaba que había demasiada acumulación de líquido úrico, no requería la aquiescencia o consentimiento de nadie, simplemente avisaba que iba al baño.  Cuando anunciar que vas al baño es suficiente, has escalado un gran peldaño, mi retoño”.

            “Actualmente, como sabes, trabajo en una oficina importante, aún tengo una jefa y compañeros que ostentan cargos similares o mayores al mío, pero los días en que tenía que primero conseguir la venia de alguien o al menos notificiar que iba a orinar ya son cosa del pasado.  Ahora simple y llanamente me levanto de mi cómoda silla giratoria, trazo mentalmente mi trayectoria hacia el baño y me dirijo a él sin tener que participar del hecho a ninguna otra persona”.

            -Entonces, ¿ya has llegado a la cumbre del progreso, papá?

            -No, hijo.  El tramo final, la fase más alta, el momento culminante en el que me recordarás y reafirmarás que estás en la cúspide del progreso es cuando alguien más te busque… y tenga que pedirte permiso a ti para ir al baño.

SINÓNIMOS

Interrogar, preguntar, inquirir.

Fingiendo, simulando, aparentando.

Inmutable, inalterable, invariable.

comencé, empecé, inicié, principié.

Deprimente, depresivo, entristecedor, desalentador, angustiante, penoso.

Miccionar, orinar, ir al baño.

Avisaba, anunciaba, comunicaba, notificaba, participaba (del hecho).

Aquiescencia, consentimiento, aprobación, autorización, venia, permiso.

Cúspide, cumbre, cima, punto más alto, fase más alta, tramo final, momento culminante.